Salida 6.15 - Llegada 17.00
La mañana empieza temprano. Por un lado por la razón de todas las mañanas: parece que los peregrinos no se despiertan más tarde de las 6.00. Por otro lado porque algunos de los compañeros se marchaban y quería asegurar la despedida (habíamos quedado en la Plaza Mayor de Burgos para desayunar). Y finalmente porque me habían recomendado un par de sitios especiales para desayunar en Burgos y pensé... ¡me aguanto!
Así que salgo a las 6.15, sola a oscuras con la sola compañía de mi linterna frontal y el silencio nocturno. No hay flechas en el pueblo y sigo lo que escuché ayer y creo recordar y mi instinto. Si llegamos por arriba, la salida ha de ser por abajo. Que poca seguridad tiene uno sin flechas... Además la primera parte es por la carretera sin apenas arcén y habrán pocas flechas por mucho rato, o quizás es la oscuridad...
Voy a muy buena marcha por tratar de alcanzar a mis compañeros que nunca alcanzo. El camino se hace más pesado de lo previsto sobretodo al acercarme a Burgos y la entrada a Burgos es tediosa e interminable (por lo visto algunos peregrinos toman el autobús hasta el centro de la ciudad).
Me dirijo hacia la Plaza Mayo y la recorro por ver si han llegado mis compañeros. No están así que me dirijo hacia la segunda recomendación: Restaurante Ojeda. Tampoco están pero allí me rindo y me siento preparada para tomar un desayuno al puro estilo burgalés. Son las 9 de la mañana y no he recorrido 10km como pensaba ¡sino 15! Con razón se noto largo el tramo.
Como como una reina pincho de mora y pincho de tortilla de patata. No es mi desayuno habitual pero no puedo estar en Burgos y no probar. Es un desayuno largo y tendido. Es la primera vez que tengo conexión 3G desde que salí (por esta razón voy con retraso en el relato y ya me rendí en colgar fotos, aunque lo seguiré intentando).
Salgo con la intención de completar mi desayuno con un dulce de la Confitería Alonso en la Plaza Mayor. Gran decepción al entrar y no haber nadie para atender ni siquiera después de vocear "hola". Estamos en la ciudad...
Hago un par de recados y ya con la idea de salir de la ciudad. Sé que estar en Burgos y no visitar la catedral puede parecer extraño pero no me siento con ganas ni fuerzas para turismo, quiero escapar la urbe. Sin duda la catedral no va a moverse.
Conforme me dirijo hacia las flechas amarillas de nuevo me reencuentro con algunos de mis compañeros y proseguimos juntos no sin antes embadurnarnos de crema solar ya que la temperatura ha subido notablemente y el sol pica.
Al salir de la ciudad notamos la presencia de una mujer que nos ha ido siguiendo desde ya hace un rato. Parece estar haciendo el camino pero no va equipada como peregrina. No habla español así que me toca preguntarle si se ha perdido. Me contesta que no, que ayer estuvo en Santiago, visitó la catedral y después decidió que quería visitar Burgos y tenía algo de tiempo para caminar algo del camino para poder decírselo a su marido. Nos seguía para ir acompañada y no, no iba perdida. Me dijo que pensaba dar la vuelta en un ratito cuando viera peregrinos de vuelta. Ya podéis imaginar lo que le contesté.
Llegamos a Tardajos (a unos 2 km) de nuestro destino final y decidimos comprar unas cositas para la cena y el desayuno y comer. La recepción inicial fue regular pero no había ninguna otra opción en el pueblo y estábamos cansados y hambrientos. Al entrar al comedor vi dos de los compañeros que terminaban hoy. Fue genial poder compartir un ratito más y despedirnos nuevamente.
Las despedidas en el camino son emotivas porque se comparte mucho, intensamente, y en poco tiempo. Es una experiencia difícil de entender o compartir si no se ha vivido.
La subidita a nuestro pueblo de destino es un suspiro (menos mal porque con el sol de la tarde y nuestras panzas a rebosar...). Nos alijamos en el albergue "Liberanos Domine". Hoy es tan tarde que no hay tiempo para siesta pero si un rato de descanso, ponerme al día con el blog. Cenamos casero y sencillo comprado de la tiendita y con algunas provisiones que yo arrastraba desde Logroño. Quizás lo note en el peso de la mochila mañana.
Estoy ya en la cama, hoy es tarde... A dormir.
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