Salida 8.45 - Llegada 14.45
Hoy se ha hecho tarde y ya estoy en cama. Las luces acaban de apagarse, puntualmente como dijeron a la 22.00. Pero mañana no puede haber ruido hasta las 6.00.
Esta mañana salí más tarde porque tenía que pasar por correos, y claro que correos no madruga para los peregrinos. Pensaba que al salir tan tarde sería de las últimas y salí a buen paso. No me topé con mis amigos de siempre pero ¡si hay gente que sale más tarde!
He tenido un clima, todos estos días, más que fenomenal por lo que podría ser. Ni un día de lluvia ni calores insoportables. Pero hoy la sorpresa ha sido que aun y saliendo a las 8.45 las temperaturas eran muy bajas (11º) - ¡estaba helada! - y luego a partir de las diez ya hacía mucho calor haciéndose más difícil al mediodía. Además se ha añadido la dificultad de que ya leí que hoy la subida sería progresiva pero había olvidado que los últimos 8 Km sería más difícil. Con el calor ha sido un desafío. Mi tendencia cuando estoy cansada es apretar el paso y he llegado bien cansada. Además hoy he hecho un error y ha sido no recargar el agua cuando debía. ¡Y cuán importante es el agua en el camino! Sabía que me iba a faltar y fui dosificando pero quiero creer que casi ha sido como que el agua se iba reponiendo. Yo creo que el Señor me ha ido proveyendo. Y me ha hecho pensar en la idea de "tener sed de Él", así quiero yo tener sed del Señor.
El paisaje hoy ha cambiado radicalmente. Al principio todavía algunos campos de cereales pero ya con más arbustos y los montes al fondo (que ya se divisaban llegando a Astorga). Conforme íbamos avanzando la vegetación se ha ido haciendo más intensa y los montes se han ido acercando. A dos kilómetros de Rabanal nos hemos ido adentrando y sin darme apenas cuenta estábamos dentro de los montes y pronto ya me sentía encima de ellos pensando "ya llego, ya llego" pero no llegaba... El
monte engaña... La subida ha sido difícil pero también buena la recompensa cuando he llegado al albergue parroquial y he visto que todavía habían plazas y que me iba a encontrar con mis amigos y con otros nuevos. E íbamos a cenar juntos un potaje de lentejas riquísimo al puro ambiente estilo del camino (¡he hecho de traductora de nuevo!). Antes pasamos con unos amigos por un restaurante medieval que hay en el pueblo (Foncebadón está prácticamente en ruinas y abandonado si no fuera por el restaurante y albergues al servicio de los peregrinos) a tomar una copa de vino y nos han cobrado 60 céntimos por vaso. Me he quedado parada y la camarera me ha confirmado diciendo "sí, es muy barato".
Curiosamente el inicio de la subida más difícil ha coincidido con el inicio de muchas cruces en la valla paralela puestos, con trozos de ramas y con piedras, por decenas de peregrinos. No creo exagerar si digo que esto ha sido por más de un kilómetro. Y me ha venido a la mente cuando Jesús dice que tenemos que estar dispuestos a tomar nuestra cruz y seguirle. ¿Estoy? ¡Quiero estar!
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