09 septiembre 2012

9 Se hace camino al andar: Calzadilla de La Cueza - Sahagún 22,7 km

Salida 7.15 - Llegada 12.30

La siesta siempre toca hacerla con unos decibelios como sonido de fondo más altos de los necesarios (¡qué ruido hacen los españoles! - los franceses no quedan lejos...).

Nono, Antonio de Italia con quien tuve una conversación el otro día entorno a mi sopa castellana de regalo me dijo que hacer el camino era muy bueno por las siguientes razones:

- Ayuda a conocerse a sí mismo.
- Ayuda a conocer sus propios límites.
- Ayuda a conocer sus propias posibilidades más allá de lo que uno cree.
- Ayuda a "redimensionarse".

Me recuerda a lo que la Biblia llama "no tener un concepto más alto de si mismo".

Hoy he tenido que redimensionarme. Hasta ahora había caminado mucho y bien pero hoy ha tocado hacer una etapa más corta. Necesito descansar y tengo algo de dolor en un pie que puede girar a tendinitis si no lo cuido. Estas etapas están siendo difíciles de calcular. Es importante tener una planificación general pero hoy le he dado prioridad al descanso, mañana habrá que ver. La siesta ha sido exquisita aun y con momentos de dolor aquí y allá.

Hoy he dejado atrás la provincia de Palencia y he entrado en la provincia de León. Ya las mesetas se me están haciendo un poco interminables pero quizás se trata más esto de un punto de inflexión que otra cosa.

Durante el camino uno pierde un poco la noción del tiempo. En cierta manera el tiempo se transforma y las prioridades también.

Estas son algunas de las cosas que me encantan del camino.

- El silencio

No hay apenas ruido. Los ruidos que me acompañan constantemente bajo un ritmo regular son mis pasos y mis palos. A veces escucho algún ruido relacionado con la naturaleza como la brisa o algún pájaro (al que vanamente trato de imitar); o bien el murmullo de algún otro peregrino que anda por delante o por detrás; en algunas ocasiones algún coche por la calzada cuando el camino va en paralelo a alguna carretera. Llevo mi música conmigo pero no la he usado ningún día. Me gusta escuchar el silencio y casi me siento invadida a cada vez que llego al albergue y este silencio es interrumpido violentamente.

- La rutina/el ritmo

Cada día la rutina es la misma y hay poca variación: levantarse, prepararse, caminar, comer, ducharse, lavar la ropa, dormir. El ritmo va casi a la par que mi respirar y me proporciona serenidad y orden.

- La sencillez

La sencillez se respira o la busco en todo. Una de las grandes características es por el poco equipaje. No hay grandes sorpresas en mi equipaje. Uno se acostumbra a tener poco y conforme pasan los días se pregunta uno si aun podría vivir con menos (esta mañana noté como si la mochila pesara más y hasta llegué a sospechar de que ¡alguien había puesto piedras en ella!). Llevo solamente dos cambios de ropa. Me pongo uno limpio cuando me he duchado después de el día de caminar y lavo el otro que se seca rápido y guardo en la mochila para el día siguiente. Hoy hice una lavada de lujo al meter las cosas en la lavadora. También busco la sencillez en como escojo el albergue y como escojo comer. Es sano para desintoxicarse del materialismo devorante.

- La improvisación

Si bien hay que planificar mínimamente y mantener mucha disciplina y orden hay mucho lugar para la improvisación y el uso de la creatividad. Puedo decidir donde y cuando me paro a descansar, donde decido dormir, donde y que voy a comer, etc.

¡Cuánto te enseña el camino sobre la vida!


2 comentarios:

  1. Creo que la vida no siempre debería ser como la pensamos, con demasiadas complicaciones; es más sencilla... ¡puede ser más sencilla!
    También estoy aprendiendo un poco esto, pero con mi salario, je. Puedo gastar menos en cosas innecesarias; y puedo dar más para fines menos egoístas.
    Gracias por responder mi comentario anterior; desde la primera entrada sobre el camino te voy siguiendo :)
    Besos!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hay una linea muy fina entre vivir de forma sencilla y a la vez disfrutar de la abundante gracia de Dios que es a menudo tan generosa... Lo importante es el corazón. Y no hay abundancia sin agradecimie to y generosudad. Van de la mano.

      Eliminar