Salida 7.35 - Llegada 18.40
Creo que tantos años de campamentos de estudiantes sin duda me han preparado también para esta experiencia del camino de Santiago. No solamente por el tema albergues, comunidad, etc. sino pensando ahora sobretodo en los síndromes "post-campa". Parece que hoy el síndrome ha caído un poco de forma inesperada y con antelación. La etapa ha sido larga y muy cansada. Yo ya me desperté con dolor en las piernas (de piernas cansadas) que no había sentido antes y ya sabía desde el primer momento que no iba a ser fácil sin embargo también estaba la emoción de los últimos kilómetros y la inminente llegada. Quizás es por eso que tampoco calculamos bien distancias y fuerzas. Quedarnos en una etapa "normal" hubiese sido difícil pero seguir se vio complicado por la falta de albergues en la última etapa oficial antes de llegar a Santiago. La cosa ha quedado en que hemos hecho más de 37 km estirando nuestro cuerpo quizás más allá de nuestros límites si además añadimos los factores emocionales.
La etapa ha sido hermosa en muchos tramos de nuevo y el clima ha acompañado fenomenalmente. Hoy hemos tenido que compensar parando más a menudo y tomando los refrigerios necesarios. La experiencia no ha sido siempre la mejor en cuanto a camareros se refieren pero nos queda un día y hay que tratar de evitar confrontaciones innecesarias.
Parece que la magia del camino ha desaparecido. Todo se vuelve más masivo, más ruidoso, menos introspectivo, más cansado. Además se mezclan expectativas en cuanto a lo que nos vamos a encontrar en Santiago. Para esto habrá que esperar...
Y yo no termino todavía... Ya que me dirijo a Finisterre. Quizás estos días serán claves para acabar de ordenar mis pensamientos y a la vez recoger las experiencias vividas y ver como estas se han de reflejar en el camino que sigue después: el camino de la vida.
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