15 septiembre 2012

15 Se hace camino al andar: Foncebadón - Ponferrada 27,3 km

Salida 7.30 - Llegada 16.00

La noche no ha sido muy buena. Mi cuerpo responde muy bien durante el día pero los dolores por la noche se disparan y doy vueltas y vueltas tratando de buscar una postura cómoda. Además los ronquidos son...

Sabemos que hoy la etapa tiene una dificultad seria: ¡1000 metros de desnivel de bajada! Como dicen "las subidas cansan, las bajadas duelen".

He decidido no salir tan temprano por dos razones: 1) Hace demasiado frío temprano. 2) No se ve nada y esta mañana quiero ver el paisaje desde las alturas y la Cruz de Hierro que está a unos 2 kilómetros. Los hospitaleros no se levantan por nosotros. Imagino que se fueron a dormir tarde porque hoy era su último día. Tratamos de dejar lo del desayuno lo mejor posible.

Curiosamente no hace frío y muy pronto tengo que quitarme una capa. Quiero hacer la subida a la cruz en silencio aunque no todo el mundo opina lo mismo. Las vistas son espectaculares y el amanecer precioso. Esta es la recompensa de subir: las vista.

Mucha de la gente se ha acumulado en la Cruz de Hierro. La tradición dice que tenías que traer una piedra desde tu lugar de origen del tamaño de tu pecado y dejarla en la cruz. Después de las fotos pertinentes me paro a contemplar la cruz en agradecimiento a Dios por su increíble regalo. No hay pecado que Él no pueda perdonar. No hay pecado que yo tenga que seguir llevando.

Al poco veo a una de las chicas don la quien compartí albergue la noche pasada en evidente emoción a la vez que contempla la cruz. Me acerco y le digo "¿Estás bien? ¿Puedo orar por ti?" Ne mira y se hecha a llorar y me enseña su piedra diciéndome "llevo una gran piedra". Le digo que ha de dejarla a Jesús, que Él va a cargarla". Me da las gracias y me retiro orando por ella para que Aquél que prometió hacernos libres la libere. La gente no cree en Dios o no vive para Dios, sin embargo la cruz está repleta de piedras... La gente necesita a Dios y no lo sabe.

El descenso es, como ya se sabía, duro pero a la vez divertido (me imaginaba por las pistas de esquí deslizándome) y muy muy hermoso. El paisaje es increíble. Doy gracias a Dios por tal espectáculo. ¡Mañana habrá que ver las piernas...!

La etapa se hace algo larga además por la calor y el último tramo de asfalto. Cada mañana caminamos con el sol a nuestras espaldas. Los peregrinos inauguramos una nueva moda de bronceado: ¡antebrazos y gemelos!

La llegada al albergue municipal de Ponferrada es un alivio, además es un lugar muy agradable y hay tantas caras conocidas.

Después de hacer descansar las piernas un poco salgo con unos amigos sudafricanos a ver la ciudad, hacer cuatro compras y cenar "huevos rotos con chicho" y vino del Bierzo. Hoy somos muchos en la habitación y me ha tocado en las "alturas". A ver que tal...

2 comentarios:

  1. Edith, he leído esto y me parece que lo vivo, es muy real...

    Sobre todo, llama mi atención el asunto de las piedras.Imagino piedras en los más variados tamaños y me pregunto qué concepto de pecado tendrá la gente.No me lo pregunto en forma arrogante, sino buscando comprenderlas y quizás explorar mi propia comprensión de esto. Creo que entender que el ser humano no necesita a Dios en forma circunstancial sino permanente es la clave, el nos limpia, nos libera, quita la piedra y más.

    Gracias por compartir esto...

    =) ... =) ...

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    1. Siempre me ha parecido muy interesante también que tengamos esta idea de pecados más grandes y pecados más pequeños, así como que tengamos que hacer algo para obtener salvación. Gracias a Dios oor su regalo en Jesús!

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