05 octubre 2011

Un testimonio de la Asamblea Mundial de IFES 2011


Por JOB DURAN, estudiante en Panama e involucrado con CEC Panamá.

Jesús le dijo entonces: 

"Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí, aunque muera, vivirá".

Que las primeras palabras de este testimonio sean este versículo con el cual me identifico principalmente en esta experiencia, desde que se me dio la noticia que fui invitado a la asamblea mundial en Cracovia Polonia. Fue un reto de confianza en Dios desde el momento que dije que sí, sabía que El tenía todo bajo control pero cuando nos vemos en las situaciones más apretadas, vemos cuanto dependemos de Él; y eso fue lo que tuve que hacer, en medio de la recolección de fondos vi su mano meterse en todo momento, hasta casi 2 semanas antes que fuese el evento, en mis fondos me faltaban unos 800 dólares para completar lo que cual ante mis ojos era imposible, pero es donde el Señor se revela, Dios uso a muchas personas de la iglesia, familiares, amigos de la comunidad y donaciones que de verdad no sé de donde salían para que en 12 días llegara a la suma esperada; pero no todo acabo allí, el día de nuestra partida por una confusión perdimos el vuelo, yo estaba totalmente desilusionado y pensando lo peor (donde quedo mi dependencia ), pero Dios ya había comenzado la formación que me tenía preparada desde ese instante, cuando ya  no supe más que hacer fije mi mirada al único en que podía confiar, ya que tras la pérdida de  mi vuelo, no había nadie de la empresa aérea con que comunicarse, habían probabilidades del que boleto fuese nulo y la desesperación del momento no era la mejor, pero volviendo la mirada a Dios, pude comprender que este no era un viaje de Job, Marina o Ezequiel, este era un viaje para representar al Dios de Panamá, para aprender más acerca del Dios de Panamá y del mundo y para dar a Panamá el Dios de amor. Puede que esta primera  parte descrita no sea en los días de la asamblea mundial pero creo profundamente que fue la antesala de preparación para tan gran evento. 

Desde la llegada del evento fue impresionante ver personas de todas las  naciones o como dice la canción de “todas las tribus pueblos y razas” que vienen a alabar  al único Dios, esperanza de la juventud universitaria. Yo dividiría esta experiencia en 5 partes que marcaron mi vida.

La primera que puede ser mencionada son las ponencias llenas de sabiduría enfatizadas en la Palabra de Dios y como aplicarla a nuestros días de una manera que pueda ser impactante no solo al mundo universitario que es el enfoque primario sino también a la sociedad en general, junto con esto les añado los seminarios en donde podíamos escoger dentro de una docenas de temas aplicados a grupos de tamaño mediano y a la realidad estudiantil de mi país y de otros, estos eran dados con personas capacitadas con cierta experiencia en el tema que nos ayudaban  más al crecimiento integral como líderes estudiantiles; seguida están las reuniones diarias que teníamos que eran llamadas grupos pequeños, éramos 10 en el grupo de 10 nacionalidades diferentes todo de habla castellana, donde viendo la situación que nos rodeaba planteábamos argumentos, necesidades, soluciones y discutíamos de los temas hablados en los sermones o ponencias para aclarar dudas y orar por las diferentes peticiones que salieran a relucir. 

Como tercer punto importante, hago notar las diferentes exposiciones de realidades sociales de todo el mundo que nosotros muchas veces en nuestros entornos no parecemos percibir, fuertes testimonios como el de China y Eslovenia, que con el mismo pude compartir y llenarme de gran gozo a saber de cuanta confianza tienen en Dios de que los estudiantes de Eslovenia se darán cuenta un día quien es el Señor quien da la verdad. Como punto número cuatro me inclino hacia las ideas de como panameño pude aportar en los diferentes grupos que tuvimos y no solo de una manera formal sino también en las pláticas que teníamos en las cenas, caminos y convivencias, pero mayor fue la bendición de escuchar la de ellos que en sus ambientes buscaban la forma de cómo llevarle a Cristo a los corazones de sus amigos y compañeros.  Y no hay duda que una de las más grandes bendiciones que nos dio y nos está dando el Señor es el contacto que pudimos establecer desde gente de Japón, Zambia, Ucrania hasta gente de Colombia, Brasil y Chile, es impresiónate la pasión que tienen por servir a Dios, que podemos compartir nuestras oraciones tristezas y alegrías con amigos universitarios con situaciones similares menores o mayores que la de  nosotros, y tener un lazo de amistad que durara por mucho tiempo en muchas partes del mundo. 

Estas son pocas palabras en lo que se puede resumir lo vivido, no cabe preguntar que la asamblea no solamente fueron unos 10  o 7 días, esto es una experiencia que marca, que purifica y que redirige al enfoque en el Señor Jesucristo,  nos damos cuentas que hay muchas cosas que pulir, muchas cosas que gozar y mucho en Quien depender por cuanto conocemos que Jesucristo es Señor del Universo, Señor de la Universidad.

Tuve al privilegio de conocer a Job el año pasado en el ENFOL en Costa Rica. ¡Gracias a Dios por su obra constante en su vida!

2 comentarios:

  1. Gracias Edith por este espacio en el blog donde pude compartir un poco de esa grandiosa experiencia donde Jesús fue el protagonista, Saludos desde Panamá.

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  2. Un abrazo mi querido. Dios contigo!

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